En Dinamarca, los niños de 6 a 16 años participan en una clase semanal única llamada «klassens tid» u «hora de clase». A diferencia de las clases tradicionales, que se centran en los exámenes y las notas, esta clase se dedica a fomentar la amabilidad, la empatía y una comprensión más profunda de los demás. Los niños se sientan juntos en un espacio seguro para hablar abiertamente de sus sentimientos, escucharse unos a otros y discutir formas de resolver pequeños problemas antes de que se conviertan en otros mayores. Esta iniciativa anima a los niños a reflexionar sobre sus acciones y a aprender cómo afectan a los demás, creando una comunidad más integradora y compasiva.
Las lecciones van más allá de las relaciones interpersonales. Las escuelas danesas hacen hincapié en la importancia de cuidar a los animales y refuerzan que la empatía se extiende a todos los seres vivos. Desde el cuidado de los animales de compañía hasta la comprensión de las necesidades de la fauna salvaje, los alumnos aprenden a apreciar el mundo que les rodea y desarrollan un sentido de la responsabilidad y el respeto por todos los seres vivos. Al incorporar el bienestar animal a la educación, Dinamarca se asegura de que las generaciones futuras no sólo valoren las relaciones humanas, sino que también sientan un profundo respeto por la naturaleza.
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