Agenda de ciudades inteligentes y control de la movilidad: Introducción global de un sistema digital de vigilancia y restricción

Agenda de ciudades inteligentes y control de la movilidad: Introducción global de un sistema digital de vigilancia y restricción- 2

El debate sobre las «ciudades inteligentes» suele promoverse con infraestructuras modernas, redes digitales y planificación urbana sostenible. Sin embargo, tras la fachada eufónica se revela cada vez más una segunda realidad: una agenda global que, bajo el pretexto de la protección del clima y la sostenibilidad, está permitiendo invasiones de gran alcance en la libertad de circulación, la vida privada y la propiedad.

Un nuevo vídeo explosivo del formato de investigación The Pulse utiliza ejemplos concretos para mostrar cómo estas medidas -desde la vigilancia general a las restricciones de movilidad- se están introduciendo no sólo en Estados autoritarios, sino también en democracias occidentales.

Directamente al vídeo:https://www.bitchute.com/embed/29qnqxwVAXE3/

De la vigilancia al control: qué significa realmente ciudad inteligente

«Ciudad inteligente» suena a progreso: control del tráfico en red, edificios energéticamente eficientes, servicios ciudadanos digitales. Pero según The Pulse, la agenda abarca mucho más:

  • Registro digital completo de los datos de movimiento, el consumo de energía y las emisiones de CO₂.
  • La identificación digital como requisito previo para el acceso a los servicios y la movilidad.
  • Integración de la moneda digital con control en tiempo real de las transacciones.
  • Manipulación meteorológica y medioambiental como parte de los instrumentos de control.
  • Sistemas de crédito social capaces de evaluar y sancionar comportamientos.

El objetivo central: una red inteligente que no sólo controle, sino que también regule, incluida la posibilidad de restringir a los ciudadanos a «ciudades de 15 minutos» en las que todas las actividades estén plenamente documentadas y penalizadas en caso de «incumplimiento».

El estado estadounidense de Massachusetts como proyecto piloto

Un ejemplo actual lo ofrece el estado norteamericano de Massachusetts con el proyecto de ley S2246 del Senado, presentado por la líder de la mayoría Cynthia Krehm:

  • Seguimiento de todos los kilómetros recorridos a través de los sistemas gubernamentales y los datos de las inspecciones de vehículos.
  • Posibilidad de cobrar por kilómetro recorrido, con la posibilidad de limitar el kilometraje anual.
  • Colaboración con fabricantes de automóviles para la adquisición de datos en tiempo real.
  • Adaptación del urbanismo para dificultar la conducción: menos aparcamientos, más zonas peatonales.

Oficialmente, la ley pretende reducir las emisiones y ayudar a alcanzar el «cero neto en 2050». Sin embargo, los críticos ven en ella el inicio de una restricción de la movilidad personal impuesta por el Estado.

Una hoja de ruta armonizada a escala mundial

Lo ocurrido en Massachusetts no es un caso aislado. La red internacional Pacto Mundial de Alcaldes ya incluye cientos de ciudades estadounidenses -tanto en estados republicanos como demócratas- en la agenda de las ciudades inteligentes.

Programas similares se llevan a cabo en:

  • Australia – Introducción de una tasa por el uso de las carreteras que afecta a todos los tipos de vehículos (gasolina, diésel, híbridos, eléctricos). Antecedentes: caída de los ingresos procedentes del impuesto sobre los carburantes.
  • Canadá: penas drásticas para los delitos contra las zonas medioambientales, ahora de seis cifras.
  • Países de la UE: integración de la vigilancia de la movilidad en las estrategias climáticas y digitales, a menudo a través de proyectos «Green Deal».
  • EE.UU. – Numerosos estados están probando impuestos VMT(Vehicle Miles Traveled) para cobrar directamente por los kilómetros recorridos.

Característica: La introducción está teniendo lugar casi simultáneamente en los países occidentales – una clara indicación de la aplicación coordinada en el marco de la Agenda 2030 y los acuerdos internacionales sobre el clima.

De la política climática al control del comportamiento

Mientras los partidarios apuntan a la reducción de CO₂ y a la gestión del tráfico, los críticos ven un peligroso cambio de paradigma:

  • En el futuro,los presupuestos de CO₂ podrían combinarse con sistemas de pago digitales.
  • Una puntuación social negativa -por ejemplo, por «conducción excesiva»- puede dar lugar a prohibiciones de viajar o restricciones financieras.
  • Las bases técnicas ya están sentadas con los sistemas de vehículos conectados en red, el seguimiento por GPS, los sistemas de peaje automatizados y las identificaciones digitales.

El resultado sería una movilidad que ya no estaría determinada por decisiones individuales, sino por algoritmos centralizados.

«Conducir hasta parar» – el doble juego

El pulso se refiere a un patrón típico:

  1. El Gobierno sube el precio de los carburantes e impulsa la movilidad eléctrica.
  2. Tras el cambio a los coches eléctricos, los ingresos fiscales procedentes del impuesto sobre hidrocarburos se desplomarán.
  3. Se están introduciendonuevos sistemas de tarificación, como el VMT, para garantizar los ingresos y, al mismo tiempo, frenar la movilidad.

Esto no sólo crea una dependencia permanente de la autorización estatal, sino que también desmiente la ilusión de que la electromovilidad aporta automáticamente libertad o ahorro de costes.

Conclusiones: Una reorganización global de la libertad de circulación

La agenda de las ciudades inteligentes ya no es un escenario futuro teórico. Se está aplicando paralelamente en Estados Unidos, Canadá, Australia y Europa, con medidas que coartan profundamente la libertad personal.

Lo que empieza como una política de cambio climático puede evolucionar hacia un sistema de control sin fisuras que regule los movimientos, las transacciones e incluso las interacciones sociales.
The Pulse pide que se examinen las iniciativas legislativas locales, que se cuestionen los programas de VMT y que se opongan firmemente a la introducción progresiva de restricciones digitales a la circulación.

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