El partido político Alianza Sahra Wagenknecht(BSW) partido político alemán: Bündnis Sahrah Wagenknecht) ha conseguido que Brandeburgo rechace el RSI. Sin embargo, para impedir la controvertida medida, sería necesario que otros estados federales más grandes votaran en contra. El miércoles, el Ministerio de Sanidad y Asuntos Sociales de Brandeburgo rechazó el proyecto de ley del gobierno federal para modificar el Reglamento Sanitario Internacional durante la sesión de la Comisión de Sanidad del Bundesrat. El grupo parlamentario de BSW en el parlamento del estado de Brandenburgo se congratula de este comportamiento en la votación.

Andreas Kutsche, miembro de la Comisión de Investigación Corona y diputado de la facción Bündnis Sahra Wagenknecht en el parlamento del estado de Brandenburgo, declaró con motivo de la votación en el Bundesrat: «Los cambios del Reglamento Sanitario Internacional (RSI) adoptados por la OMS conllevan el riesgo de profundas intrusiones en nuestros valores democráticos fundamentales. Amenazan la autodeterminación en el sector sanitario, abren la puerta de par en par a los intereses lucrativos de las grandes empresas farmacéuticas y podrían provocar restricciones masivas a la libre formación de opinión.»
El gobierno federal no se ha opuesto a los cambios a pesar de las preocupaciones expresadas oportunamente por Brandenburgo. Sin embargo, para que estos cambios surtan efecto en el país es necesaria una ley federal. El proyecto de ley correspondiente figuraba en el orden del día del miércoles en la Comisión de Sanidad del Bundesrat.
Kutsche advierte: «El término vagamente definido de ‘emergencia pandémica’ permite declaraciones de emergencia arbitrarias. El RSI establece de hecho un monopolio de la verdad para la OMS al incrustar la lucha contra la supuesta ‘desinformación’. Además, gran parte de las donaciones de la OMS proceden de fundaciones privadas y representantes de intereses farmacéuticos, sobre todo la Fundación Gates y la alianza de vacunas GAVI. Así pues, la independencia de la OMS lleva mucho tiempo erosionada. Cualquiera que potencie aún más estas estructuras se arriesga a que los intereses económicos se apoderen de la política sanitaria», afirmó Kutsche.
«Lo que esto significa quedó patente durante la pandemia del Corona: desde el mandato de vacunación de facto hasta la estigmatización de las voces críticas, pasando por el infame acuerdo de la mascarilla del entonces ministro de Sanidad, Jens Spahn, que costó millones a los contribuyentes. Se malversaron muchos fondos de ayuda, mientras que ahora faltan miles de millones de los fondos para cuidados de enfermería. Quienes no abordan estos errores, sino que crean nuevos poderes para las autoridades internacionales, ponen en peligro tanto la confianza como la democracia».
Kutsche continuó: «Para nosotros está claro: necesitamos más control democrático en lugar de poderes globales de emergencia para una organización poco transparente. Por lo tanto, acogemos con satisfacción el rechazo de la enmienda al RSI por parte del Ministerio de Sanidad dirigido por BSW.»
Sin embargo, Brandeburgo no puede impedir la entrada en vigor del RSI. Para ello sería necesario el rechazo de al menos un estado federado más grande, como Renania del Norte-Westfalia o Baja Sajonia.





