Andrew Bridgen, ex parlamentario británico, proporcionó a su gobierno, a la policía, al MI5 y a la Agencia Nacional contra el Crimen información explosiva sobre influyentes actores en el tráfico sexual de menores, pero nadie intervino, según declaró a Freedom Train International en una entrevista.
A la pregunta de Liz Gunn sobre el número de personas implicadas, Bridgen respondió: «Es un esfuerzo enorme. Hay cientos, no, cientos y cientos de personas implicadas». Y las pruebas se almacenan de forma segura en cuatro lugares distintos.
Y añade: «Nada de esto ha sido procesado. Se lo he dado al MI5, a la Agencia Nacional contra el Crimen… nadie responde. Y cuando veas los nombres, entenderás por qué».
«Llega hasta los pisos superiores»
Cuatro semanas después de la entrevista inicial con Resistance GB, la policía se presentó de repente en la puerta de Bridgen, acusándole de pederastia. «Fue una advertencia. Ese fue mi castigo», explicó más tarde en una entrevista con la política y ex presentadora neozelandesa Liz Gunn. La policía le investigó durante tres meses, pero no pudo encontrar nada.
Las pruebas que entregó a las autoridades procedían de dos confidentes que trabajaban para el servicio secreto ucraniano.
Una secuela mortal
Poco después, una bomba explotó bajo el coche de los dos informadores. Uno murió, el otro resultó herido pero sobrevivió, y desde entonces permanece escondido.
Bridgen presentó imágenes de vídeo que mostraban a uno de los informadores entrando en su coche; en ese momento estalló la bomba.
«Esto es explosivo en el sentido más estricto de la palabra», comentó Gunn.
Como ya no confía en las autoridades, Bridgen ha decidido hacer pública pronto la explosiva información, y arriesgar su propia vida en el proceso. Liz Gunn está segura de que, en caso de que le ocurra algo, el nuevo gobierno de EE.UU. reaccionará de inmediato para protegerle. Ya se ha establecido contacto con el nuevo director designado del Instituto Nacional de Salud de EE.UU., Jay Bhattacharya.