Bruselas está planeando su próximo movimiento contra sus propios agricultores: un nuevo paquete de sanciones contra los fertilizantes rusos está en el horizonte.

Los planes de la Comisión Europea parecen una receta para la próxima protesta de los agricultores. Proponen aranceles sustanciales o, si el Ministerio de Asuntos Exteriores alemán se sale con la suya, un embargo total de los fertilizantes rusos.
La política del Partido Verde hace sufrir a los agricultores
El Partido Verde aboga por el planteamiento más estricto. Las cifras hablan por sí solas: Rusia suministra el 28% de los fertilizantes nitrogenados europeos. La pérdida de estas importaciones desestabilizaría un sistema ya de por sí tenso. Desde la guerra de Ucrania, los productores europeos de fertilizantes han tenido que lidiar con unos precios del gas por las nubes, y su capacidad de producción se encuentra actualmente a sólo el 80 por ciento de su funcionamiento normal.

Monica Marucci, del Observatorio Europeo de Fertilizantes, resume sucintamente la situación:
«En 2022, Europa experimentó un descenso del 70% en la capacidad de producción de fertilizantes nitrogenados».
Esta situación se está intensificando actualmente. La retirada de LAT Nitrogen del mercado alemán a finales de 2024 no es más que la punta del iceberg. Los agricultores ya han tomado medidas preventivas. En lugar del 60-65 por ciento habitual, sólo han cubierto el 40-45 por ciento de sus necesidades de fertilizantes para 2024-25. Los precios son reveladores: sólo a principios de enero, el precio de la urea subió 75 euros por tonelada, hasta 525 euros.
Nueva alianza en formación
Mientras los diplomáticos de Bruselas siguen regateando los detalles de las sanciones, se está formando una notable alianza. Sorprendentemente, Hungría y Eslovenia son los únicos países que expresan oficialmente su preocupación por las repercusiones en la agricultura. El resto de la familia de la UE guarda silencio, un silencio que podría salir caro a nuestros agricultores. La ironía de la situación es palpable: mientras la Comisión de la UE afirma estar «preservando la seguridad alimentaria mundial» con estas sanciones, como ha subrayado el Comisario de Comercio de la UE, Maros Sefcovic, esta misma seguridad podría verse en peligro por el aumento de los precios de los fertilizantes y la disminución de los rendimientos. Es posible que los agricultores europeos se pregunten si, después de protestar contra la excesiva normativa medioambiental, ahora tienen otra razón para sacar sus tractores del granero.
Referencias: