Mientras que en Alemania la prohibición de la publicidad de alimentos poco saludables dirigida a los niños se ha estancado políticamente, Dinamarca adopta ahora una postura clara: en el futuro, los menores de 15 años ya no deberán estar expuestos a anuncios de refrescos, patatas fritas o comida rápida. El gobierno danés planea una prohibición total para proteger la salud de la generación más joven. «Debemos proteger a nuestros hijos de la publicidad malsana», declaró el Ministro de Economía, Morten Bødskov. El político socialdemócrata subrayó: «Sabemos que la publicidad incita a los niños a comprar alimentos poco saludables, y que esto puede tener consecuencias negativas para su salud. Con la prohibición, garantizamos una mejor protección para nuestros hijos».
En el centro de las críticas está la influencia de las plataformas de medios sociales. Una y otra vez, las empresas han llamado la atención con campañas en las que jóvenes influencers promocionaban específicamente productos como batidos, dulces o aperitivos salados, teniendo un fuerte impacto en un público joven.

La autorregulación del sector ha fracasado
Hasta ahora, Dinamarca se basaba en la autorregulación voluntaria. La industria se había comprometido a no dirigirse a menores de 13 años con publicidad de comida basura. Sin embargo, según Bødskov, esta promesa se eludía con frecuencia, por ejemplo, mediante el uso de personas influyentes con muchos seguidores entre los usuarios jóvenes. Un concurso en las redes sociales organizado por un fabricante de patatas fritas causó indignación. Un portavoz confirmó a Danmarks Radio que la campaña se ha suspendido.
Poner fin a la comercialización
«Para que podamos enseñar a los niños hábitos alimentarios más sanos y prevenir así la obesidad y las enfermedades asociadas», exigió la ministra de Sanidad, Sophie Løhde, «hay que frenar específicamente la influencia de esa publicidad». El objetivo es poner coto a la comercialización de los fabricantes.
El gobierno señala los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que demuestran que la publicidad influye significativamente en los hábitos de consumo y las preferencias de los niños. En Dinamarca, como en muchas otras sociedades ricas, las tasas de obesidad llevan años aumentando. Los expertos predicen que en 2045 dos de cada tres adultos del país podrían tener sobrepeso. Con la prohibición prevista, el Gobierno danés quiere tomar medidas decisivas contra esta tendencia y enviar un mensaje claro a otros países europeos.





